viernes, 17 de abril de 2009

Ensalada de tomates y ajos

Más una medicina que una comida


Ya adentrados en la primavera, los tomates empiezan a saber a tomate y el sol nos invita a tomar ensaladas frescas.

Sobre las propiedades del ajo se han escrito libros enteros. Se habla de una famosa cura de ajos, supuestamente tibetana y --también supuestamente-- panacea para todo tipo de enfermedades. También aconsejan tomar cada día un diente de ajo crudo, en ayunas, como si fuera una pastilla. Y, por supuesto, están las cápsulas de ajo que se consumen como suplemento alimentario o medicinal.

Aquí os propongo tomar una buena cantidad de ajos pero no crudos, porque no habría estómago ni vida social que los resistiera. Pero tampoco cocidos, sino asustados en el microondas el tiempo necesario para bajarles un poquito los arrestos.


Para dos personas:

Quita las pieles exteriores de una cabeza de ajos y ponla entera en un bol con un dedo de agua. Deja el bol un minuto (o menos) en el microondas a potencia máxima, retira y refresca para cortar la cocción.

Trocea dos o tres tomates que no hayan estado en la nevera ni en la cámara del súper, añádeles los dientes de ajo pelados y aliña con vinagre de jerez, aceite de oliva, orégano seco, guindilla trituradaTiP y sal si lo deseas.

¡Con esto, un buen pan y un rato de sol, tienes combustible para todo el día!


TiP

En los hipermercados están empezando a aparecer distintas marcas de guindilla triturada, generalmente provenientes de América Latina, con el nombre de ají molido (o triturado). Pica menos que la forma en polvo y es muy sabroso. Es un ingrediente obligatorio del chimichurri argentino.