martes, 1 de septiembre de 2009

El regreso I - Coca y Co.


Septiembre y por fin de vuelta, con muchas ganas de veros.

Me siento como las chicas que se encuentran el primer día de clases, alborotadas y con ganas de contarse todo. No me han sucedido muchas cosas, pero he tenido unas cuantas experiencias bonitas.

Voy a empezar por la más entrañable, la que me hace sonreír feliz cada vez que la recuerdo. Y que, para no innovar, también va de cocina.


Un buen día, alguien me dijo:

Ya que tienes la cocina cerrada, ven que te cocino yo.

Y así fue esa magnífica coca de verduras, que lamento haber arruinado con una mala foto. En realidad, las cocas fueron dos: una la tomamos en la comida y la otra -la de la foto- era una gemela que nuestro ángel cocinero había preparado para resolvernos también la cena en casa.

Las bases estaban horneadas con una capa de cebolla picada "para dar untuosidad" y cubiertas de verduras también hechas al horno, por separado. Y como remate, un buen chorreón de aceite en crudo. Deciros que estaban deliciosas es poco. Me contuve un poco por eso de la imagen, pero mi parte de la que tomamos en la cena me la devoré a cuatro carrillos con los ojos en blanco.

También hubo una crema fría de pepino y yogur que nos bajó por la garganta haciendo mimos, y unos pimientos de piquillo rellenos de queso Philadelphia y paté de setas que estaban para no dejar ni uno. Un pan buenísimo y, de postre, un pastel de limón que ya me he pedido para mi primera comida en el Paraíso.

Todo eso en una mesa amable y familiar, rodeada de verde y de objetos que hacen soñar con tierras lejanas.

Porque, aun con semejantes delicias culinarias, lo mejor de ese día fue nuestra anfitriona. Ya nos conocíamos de otras maneras pero nunca nos habíamos visto personalmente. Y todo fue tan natural, tan de toda la vida, que la hora de volver se nos cayó encima y nos quedamos pensando en la próxima vez. Todavía no ha podido ser, pero será.

Ahora invito a la autora del menú a que se manifieste. Sospecho que no será fácil convencerla, pero me haría mucha ilusión poder contaros quién es.

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Y, por hoy, basta.
Besos ruidosos a todos y gracias por haber venido, ¡me hacíais mucha falta!

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