miércoles, 2 de febrero de 2011

Cintas de nabo con champiñones en salsa crema

Los nabos NO son solamente para el caldo

Ayer vi en la frutería una bandeja de nabos con el letrero "nabos para caldo". Pregunté qué tenían esos nabos para que fueran especiales para caldo. Nada, me contestaron, es que los nabos sirven solamente para hacer caldo. Pues entonces, me dije, si ya se sabe que son para caldo, ¿por qué lo ponen en el cartel?

Pero esto no era nada comparado con lo que me esperaba. Intenté suavemente explicar a la dependienta  que los nabos se pueden preparar de muchas otras formas y además se comen. Para qué lo habré hecho. No solamente ella lo negaba como si de un hecho moral se tratase, sino que enseguida se formó un corrillo de señoras que defendían la teoría oficial tan llenas de menosprecio como vacías de argumentos. Se usan para caldo porque siempre se ha hecho así. Archívese.

Me marché pensando cuántas cosas se perderían, mucho más importantes que unos nabos, por no atreverse a funcionar sin su manual de instrucciones.

Para levantarme el ánimo y la autoestima, me refugié en un librito de recetas de los fantásticos nabos negros de Pardailhan y así salió esto que os muestro, una adaptación muy libre (además de pobre, caliente y vegana) de la Remoulade de Navet aux cèpes.
Cuando lo probamos se me cerraron todas las heridas, estaba delicioso.
Ahí va, para dos personas.

  1. Corta un nabo grande a lo largo en cintas muy finas.

  2. Escurre una lata de champiñones laminados y conserva el agua.

  3. Seca los champiñones y saltéalos en aceite y margarina hasta que se tuesten un poquito.

  4. Cúbrelos con media taza del agua de la lata y media taza de leche de soja, tiene que quedar líquido abundante. Condimenta con nuez moscada, 1 cucharadita colmada de mostaza antigua (esa con las bolitas), unos pellizcos de estragón y mejorana secos y unas gotas de zumo de limón.

  5. Cocina un minuto y añade cuatro nueces molidas. Si la salsa queda muy líquida, espolvoréala con una cucharadita de espesante instantáneo.

  6. Echa las cintas de nabo y cocina removiendo solo hasta que se calienten, pierdan rigidez y se impregnen de la salsa.

  7. Sirve con una buena molienda de pimienta negra.