domingo, 19 de junio de 2011

Buñuelos de hojas de remolacha con salsa de maíz al curry


De la serie "no se tira nada"

Sigo con algunas ideas fijas, como las frituras con harina de garbanzo y el uso de hojas que "se tiran". Y estoy cada vez más entusiasmada, así que me disculparéis la insistencia.


Primero hay que tener una remolacha maravillosa, si es posible cultivada en las Cinc Sènies, el pulmón que me alimenta de aire puro y verdura sana. Ya os contaré más de este bendito lugar, que los mataronenses estamos en peligro de perder pero que defenderemos como si en ello nos fuera la vida porque -literalmente- nos va parte de la vida.

"Mi barrio": poco después del campo está mi casa


Mientras tanto volvamos a la remolacha: esta cundió para dos personas. Y vamos a la preparación.


Primero:

Lávala, retira lo verde y reserva los tallos y las nervaduras gruesas.




Los buñuelos
  • Mezcla 4 cucharadas de harina de garbanzo con 2 cucharadas de harina de rebozar (o harina de trigo común), 1/2 cucharadita de levadura química, unas gotas de vinagre y el agua necesaria para hacer una masa ligera.
  • Añade jengibre en polvo y semillas de comino.
  • Corta las hojas crudas en tiras no demasiado finas, mézclalas bien con la masa y fríelas por cucharadas en aceite no demasiado caliente.
  • Escurre los buñuelos sobre papel de cocina y, antes de servirlos, échales una lluvia ligera de sal desde lo alto para que se reparta bien.


La remolacha
  • Pélala: si tienes suerte te quedará una joya de color granate veteado como esta, digna de la corona de un rey.
  • Rállala y alíñala con jengibre fresco rallado, sal, vinagre de arándanos y aceite de girasol.



La salsa
  • Bate un bote pequeño de maíz dulce con 1 cucharadita o más de curry, 1 diente de ajo, gotas de zumo de limón y leche de avena para aligerar.


Los tallos
  • Pícalos y alíñalos con salsa de soja, vinagre de arroz aromático (supermercados chinos) y aceite de girasol.

Sirve todo junto con los tallos repartidos aquí y allá.