Esta lechuga me dio una hermosa sorpresa: traía un montón de brotes tiernos entre las hojas. Son como unas lechuguitas diminutas, muy tiernos y ligeramente más amargos que la planta adulta.
Después de exponerlos parte de la tarde en un vaso como si fueran flores, los serví aliñados con crema de manzana, que hice batiendo:
· 1/4 de manzana golden grande, pelada y limpia
· 30-50 cm3 de nata vegetal
· 1 cucharada de aceite de oliva
· 1 cucharada de aceite de oliva
· 1 cucharada gorda de mostaza común
· unas gotas de jugo Maggi
Para destacar el sabor puse otro cuarto de manzana en trocitos, aliñados con vinagre balsámico (lo natural hubiese sido un vinagre de manzanas, pero elegí el balsámico para que el sabor dulzón contrastara más con el amargo de los brotes).
Y, para rematar, unas semillas de calabaza.