Superdietético porque tiene muy pocas calorías y no lleva ni aceite ni sal. El plátano lo espesa y, junto con el limón, crea un sabor agridulce que compensa la falta de sal. Y está buenísimo (probar para creer).
Para 2-4 vasos:
- Pela en frío cuatro tomates en rama que estén bien rojos pero consistentes, córtalos en cuartos y ponlos en el vaso de la batidora.
- Añade un poco de cebolla, un diente de ajo pequeño, un pepino sin piel ni semillas cortado en trozos, medio pimiento rojo o uno verde largo, un trozo de plátano (banana) de 5-8 cm según grosor, un chorro de zumo de limón y unas hojas de menta fresca.
- Bate hasta que esté homogéneo, en varias veces para evitar que el tomate se caliente. Añade agua si queda muy espeso.
- Enfría bien y sirve con una rodaja de limón y unas hojitas de menta.
Sugerencia: cómete juntos un trocito de limón y una hoja de albahaca y bebe después un trago de gazpacho. ¡Y cuéntamelo!