Y espero despierto la mañana
fumándome el tiempo en la cama
llenando el espacio con tu cara
canela y carbón.
Mis manos son hielo sin tu espalda
mi frente un infierno sin tu calma
mis ojos la pena y la mirada
menta y limón.
fumándome el tiempo en la cama
llenando el espacio con tu cara
canela y carbón.
Mis manos son hielo sin tu espalda
mi frente un infierno sin tu calma
mis ojos la pena y la mirada
menta y limón.
No sé por qué, pero Roque Narvaja todavía me ablanda. Mi baldosita floja, Santa Lucía, Menta y limón. Han pasado los años, ya no fumo tiempo ni tabaco y tengo las manos bien ocupadas. Pero aún ahora, de vez en cuando y sobre todo cuando llueve, la mirada se me pone de menta y limón.
Y ahora pasemos del corazón al estómago: estos espaguetis están buenísimos y se hacen en un santiamén. Única recomendación, usar una pasta de buena calidad porque será la protagonista. Por ejemplo la italiana De Cecco, que absorbe mejor los sabores porque es rugosa.
Para 2-3 raciones:
El limón
- Lavar bien un limón y cortar 6-8 rodajas, quitarles las semillas y ponerlas un minuto en un cazo pequeño con agua hirviendo que solamente las cubra. Apagar el fuego, sacar las rodajas del agua, dejarlas enfriar y cortarlas en trocitos.
La menta (necesitamos dos buenos manojos)
- Primer manojo: el aceite de menta. Esperar a que el agua del limón se temple un poco, echar las hojas de menta fresca y dejarlas 8-10 segundos removiéndolas suavemente con un tenedor, colarlas y ponerlas enseguida en un bol con agua y cubitos de hielo.
Escurrir las hojas (sin tirar el agua) y batirlas con 100 ml de aceite de semillas, en dos o tres veces para evitar que la preparación se caliente.
Para esta receta necesitamos un aceite suave que no cubra los sabores, por ejemplo el aceite de girasol virgen de primera presión de Carrefour (botella de vidrio, algo más de 2 €).
La máxima de comer variado se aplica también a los aceites, siempre que sean de buena calidad. Según dicen, el de girasol es útil para los vegetarianos porque favorece la producción de colágeno.
Truqui I: añadir el agua del cazo a la de cocción de la pasta (que ya estará en el fuego) para reforzar el sabor. - El otro manojo de menta: trocear las hojas con las manos y reservarlas.
La pasta
- Cuando el agua de la pasta rompa a hervir, echar un puñadito de sal gruesa y 200 g de espaguetis. Podéis mirar estos Consejos para cocer la pasta (abajo de la receta).
- Escurrir la pasta al dente dejándola con un poco de agua, devolverla a la olla donde la hemos cocido y agregarle enseguida el aceite de menta y los trozos de limón. Remover a fuego bajo hasta mezclar todo. Apagar el fuego, echar un chorrito de nata vegetal, un poco de pimienta negra y la menta fresca recién troceada.
- Servir con limón fresco para que cada comensal le añada un poco de zumo a voluntad.
Truqui II: el modo más práctico de emplatar espaguetis es juntar una buena porción con un tenedor largo y enrollarla apoyada en un cacillo (cucharón) para sopa.
Para beber, os sugiero agua fresca, por supuesto con menta y limón.