lunes, 27 de abril de 2015

Fritada de pan y garbanzos con grelos


Un plato toscano dedicado
también a los amigos gallegos

Llega la primavera y llegan los nabos, solo que este año han venido vestidos de fiesta. Por milagro de algún santo toscano (quizá el mismísimo San Gimignano), se consiguen con todos sus tallos y sus hojas (grelos, nabizas), tiernos y dulces. No te los dejes escapar.



  • Antes de nada, tienes que encontrar unos nabos frescos y frondosos como estos que descubrí en Alcampo de Diagonal Mar (Barcelona). Si vives en Galicia, esta recomendación no te hace falta.


  • Corta los grelos y prueba un tallo, si está tierno, mételos en la vaporera solo hasta que pierdan rigidez. ¡No dejes que se pasen!






  • Corta dos o tres rebanadas de pan en cubos. Lo ideal es un pan de campo compacto, incluso de un par de días atrás, pero hasta un socorrido pan de molde hará lo suyo.
  • Fríe el pan en dos dedos de aceite de oliva junto con un buen puñado de garbanzos cocidos y unas ramitas de romero fresco, removiendo, hasta que se doren bien por todas las partes.


  • Sirve la fritada con los grelos aparte, aderezados con unos granitos de sal, un golpe de vinagre blanco con pulverizador y muy poco aceite. O mézclalo todo, que no es la forma tradicional pero es más práctica y muy sabrosa.
No es light de ligero pero sí de luz, ¡porque te hará brillar los ojos!