Hola a todos, qué gusto estar otra vez con vosotros. Vengo volviendo desde hace tiempo, pero nunca llegaba. Por suerte tuve unos compañeros de viaje fantásticos, aquí, en facebook, por correo, por teléfono y en persona que me dieron la mano para que siguiera andando. Gracias de corazón a todos, no hay palabras para deciros cuánto me habéis ayudado.
Volvemos en plan familiar, con uno de esos platos sencillos que se hacen sin pensar y sin intención de ponerlo en el blog, pero nos gustó mucho y aquí está.
La receta ni siquiera es una receta, pero subrayo los ingredientes que pusieron el toque mágico:
- Corta 8-10 patatitas nuevas por la mitad y ponlas en una cazuela ancha de fondo grueso con el fondo apenas cubierto de aceite. Rehógalas unos minutos a fuego medio hasta que comiencen a coger color.
- Añade 3 zanahorias troceadas, condimenta con sal de apio y bastante romero, remueve y continúa rehogando.
- Pon la tapadera y continúa la cocción, dando unas vueltas de vez en cuando para que las verduras se tuesten por todas partes.
- Cuando estén bien doraditas, añade 3 mandarinas/clementinas pequeñitas con su piel, cortadas en 6 gajos cada una. Echa un chorrito de agua caliente, remueve, tapa la cazuela y deja que las patatas se terminen de hacer sin pasarse.
- Mientras tanto, en una sartén, pasa por aceite bien caliente un pimiento verde "italiano" cortado en juliana. Añádelo a la cazuela y sirve los platos. También puedes poner el pimiento en la cazuela con las demás verduras, quedará menos crujiente pero con muy buen sabor.
Para acompañar: lentejas con aceite y zumo de limón,
ensalada de tomates y una rebanada de pan