domingo, 23 de abril de 2017

Pasta con setas y ajos tiernos


 Cambiar de sabores con ingredientes de toda la vida




Ayer, el mercado de agricultores de Mataró estaba on fire: unas gírgolas enormes a 2 € el kilo, guisantes frescos al mismo precio, ajetes recién cortados con unas hojas de lujo... Además de ese ajetreo que abruma y provoca: el festival del km cero, con mi agradecimiento y mi admiración.









Esto es lo primero que hicimos: un plato rapidísimo con la verdura recién llegada a casa.

  • Pon a hervir 2 litros de agua y, cuando arranque el hervor, añade sal y 200 g de pasta corta hecha en Italia. Esta era una de mis preferidas: los radiatori de Garofalo.

    Tip: la verdura (o la salsa, en su caso) tiene que estar lista antes que la pasta esté en su punto, ¡la pasta no debe esperar!

  • Mientras se hace la pasta, divide las gírgolas (pleurotus) en tiras con las manos y córtales las hojas a los ajetes.









  • Rehoga las tiras de setas en aceite de oliva hasta que pierdan el agua y comiencen a coger color. 
  • Pica los bulbos y tallos de los ajetes, añádelos a la cazuela y continúa la cocción hasta que todo esté tostado.
  • Desglasa con medio vaso del agua de cocción de la pasta y un chorrito de vinagre balsámico. Añade sal y un toque de pimienta.

 

  • Escurre la pasta justo al dente y échala a la cazuela donde está la verdura. Añade también las hojas de ajetes picadas, sube el fuego y remueve hasta que casi no quede agua y todo esté bien unido.

  • Emplata, riega con un hilo de aceite de oliva y salpica con nata de soja donde hayas disuelto una cucharadita de mostaza en polvo. Pon unas hebras de azafrán y sirve enseguida.