Ya he comentado que las hojas de la coliflor son comestibles y deliciosas. En este caso usé las de una coliflor verde, a veces llamada brócoli aunque no lo es. No me refiero al romanesco (esa formada por pirámides primorosas) sino a una coliflor igual a la blanca pero de color verde. He querido aclararlo porque las hojas de este tipo de coliflor son muy tiernas y suaves.
- Remoja en agua caliente un puñado de soja texturizada de tamaño mediano y unas algas (en este caso, Musgo estrellado) hasta que se ablanden.
- Recorta las partes tiernas y más verdes de las pencas (las "hojas" propiamente dichas), córtalas en tiritas y resérvalas.
- Trocea las pencas gruesas y rehógalas con una cebolla pequeña en aceite de oliva.
- Cuando las pencas cambien de textura, añade la soja y las algas con su agua. Condimenta con poca sal, pimienta, cúrcuma y eneldo. Cocina hasta que las pencas terminen de hacerse (10-15 minutos) y añade la parte verde de las hojas que has reservado. Deja unos minutos más, apaga el fuego y sirve el salteado con una bechamel de ajo.
- Bechamel de ajo: funde margarina vegana en un cazo y rehoga lentamente dos dientes de ajo bien picados. Añade una cucharada de harina y la leche de soja necesaria para hacer una salsa ligera. Hierve tres minutos y condimenta con sal, pimienta y eneldo.
- Puedes acompañar el plato con una polenta salseada con tomate frito (puré de tomate, passata) caliente y espolvoreado con orégano.