Más que una receta, un recurso para aprovechar excedentes
Quien dice delta dice fertilidad, y el del río Po en Italia no es una excepción. La producción de frutas y hortalizas es tan abundante que, al ver tutto quel ben di Dio, uno podría pensar que ha llegado al Paraíso.
Tanto hay que, aunque se venda mucho, siempre sobra. Y de ahí viene esta preparación, que los lugareños llaman simplemente "salsa".
Ingredientes (muy aproximados y en la cantidad que haya y guste)
- 2 berenjenas grandes (cortarlas en cubos gruesitos, dejarlas dos horas en sal a perder agua y estrujarlas bien)
- 6-7 tomates carnosos, sin pelar y cortados en trozos irregulares
- 3-4 pimientos de distintos colores (o todos rojos si no hay otros) también cortados en trozos irregulares
- 4 cebollas medianas troceadas
- un manojo grande de perejil
Preparación
- Poner todo menos el perejil en una cazuela grande con sal, pimienta y abundante aceite de oliva.
Mejor poner los tomates abajo para que suelten enseguida el jugo
- Tapar y cocer una hora a fuego lento, mejor con un difusor.
- Al cabo de ese tiempo las verduras habrán soltado el agua, que las cubrirá casi por completo.
- Destapar y continuar la cocción al menos otra hora a fuego muy bajo, hasta que se haya reducido casi todo el líquido y quede un dedo o menos de jugo espeso y traslúcido.
- Añadir el perejil picado (yo le pongo también los tallos) y apagar el fuego.
- Probar y corregir el sabor si hace falta. Sabe mejor si se deja toda la noche en la nevera y se recalienta al día siguiente.
Utilizar como guarnición caliente o templada, como salsa para la pasta (colar la pasta bien al dente porque la salsa es blandita) o en rellenos de pasteles y empanadas.
Soporta muy bien la congelación, así que se puede hacer en grandes cantidades para usarla también en invierno.