Un plato ideal para el finde porque se hace solo
Este es un procedimiento muy habitual en Italia, no se hace solamente con brócolis sino con cualquier hortaliza picada o que se desgrane. La idea es que los trocitos se metan dentro de la pasta, por eso se suele elegir el formato hélice/tirabuzón (fusilli si compráis pasta italiana, como os suelo recomendar).
- Pon a hervir 2 litros de agua en una olla donde después quepan también los brócolis.
- Mientras tanto, corta una cabeza de brócoli: las florecitas de cuajo y bastante pequeñas, el tronco en cubitos.
- Echa tres cucharadas de aceite de oliva aromático en un recipiente profundo y pequeño (el cacito de la foto mide 6 cm de diámetro, de venta en los mejores chinos), añade dos o tres dientes de ajo laminados y hierve despacito sobre una llama pequeña hasta que el ajo se encoja. Apaga el fuego y reserva.
- Cuando el agua hierva, ponle sal, 150-200 g de pasta y el tronco en cubitos. Remueve y deja a fuego alegre.
- Cinco minutos después, añade las flores cortadas, remueve y cuece hasta que la pasta esté al dente.
- Escurre y mezcla enérgicamente con el aceite y el ajo para que algunas flores se deshagan y los trocitos se metan dentro de la pasta.
- Sirve enseguida, espolvoreado con pimienta de colores.