Por algo las banderas de Italia y México se parecen tanto
El nombre es una broma pero, ahora que nos han cerrado El Bulli, alguien tenía que mantener en alto la bandera de las deconstrucciones.
Fainá es como se llama en dialecto genovés la farinata, un plato tradicional italiano a base de harina y agua. Según la región o el momento, se usan distintas harinas que se cocinan simplemente hervidas (las gachas de toda la vida), en la sartén o al horno. Entre las horneadas, una de mis preferidas es el castagnaccio, hecha con harina de castañas, romero, uvas pasas y más cosas que dependen del gusto de cada familia.
La fainá se hace con harina de garbanzos y, pese a que se considera típicamente ligur, también se prepara en otras regiones de Italia con otros nombres. Como curiosidad, apunto que en Toscana se llama cecina porque "ceci" significa garbanzos, así que los hispanohablantes estáis avisados.
Pero mucho más se hace y se vende en Argentina y Uruguay, donde -extrañamente- ahora se toma como acompañamiento de la pizza.
La preparación es facilísima: mezclar la harina con sal y agua y hornear. Ya está.
- Calienta el horno a 180-200 ºC.
- Pon en un bol 200 g de harina de garbanzo + 1 cucharadita de sal y añade 600 ml de agua a temperatura ambiente, removiendo con unas varillas para que no queden grumos. Deja reposar como mínimo una hora, mejor dos.
- Echa 1-2 mm de altura de aceite de oliva en un molde de pizza de 35 cm de diámetro. Según los puristas el molde tiene que ser de cobre, pero a mí uno de aluminio me va muy bien. No conviene que tenga revestimiento antiadherente porque es posible que haya que rascar un poquito el fondo. En todos los casos, debe ser lo suficientemente grande para que la masa quede muy bajita.
- Pon el molde en el horno para calentar el aceite, así no se pegará (tanto) la fainá. Atención: si se calienta demasiado, al echarle el batido puede salpicar. Más o menos, el punto es cuando el aceite comienza a oler, sobre todo si es uno de aroma intenso.
- Retira el molde y echa el batido suavemente. Remueve con un tenedor, haciendo ochos, para mezclar un poco de aceite con la masa.
- Hornea alrededor de media hora hasta que la masa esté sólida y dorada en los bordes. Si la parte de abajo está blandita, pon el molde 5 minutos en el suelo del horno.
- Retira y deja el molde unos minutos sobre la encimera de mármol u otra superficie fría y resistente para que la masa se depegue con más facilidad.
- Corta en trozos y sirve con aguacates y una ensalada hecha con una cebolla entera, el zumo de medio limón (yo pongo a macerar la cebolla en el limón cuando preparo la masa), un tomate grande y perejil o cilantro (incluso albahaca). Añade sal y un picantito si lo deseas pero no aceite.
Variantes: antes de hornear la fainá le puedes agregar pimienta negra recién molida, tallos de cebolleta picados o, como dicen los italianos, "quien más tenga, más le ponga".