Un plato con ventajas: es fácil de comer porque se enrolla todo junto y los peques se tragan la verdura casi cruda sin chistar. A ver si os gusta.
- Calienta el agua para la pasta y, cuando hierva, echa 4-5 tomates bien rojos, enteros y previamente cortados en cruz en la base. Retíralos cuando el corte se abra, déjalos templar, pélalos y córtalos en trozos.
- Corta un calabacín grande, una berenjena pequeña y una zanahoria en tiras finísimas con una mandolina (o con un cuchillo afilado y mucha paciencia).
- Lleva el agua otra vez a ebullición, ponle sal y echa 200 g de espaguetis italianos (remuévelos con un tenedor largo hasta que el agua vuelva a hervir, para que no se peguen).
- Pica una cebolla y rehógala en aceite de oliva en una sartén grande hasta que esté traslúcida.
Añade las tiritas de zanahoria y cocina solamente hasta que la zanahoria pierda rigidez.
- Echa el tomate picado, déjalo unos minutos hasta que se deshaga y añade las otras verduras cortadas.
- Aligera la salsa con un cacillo de agua de la pasta, remueve y deja al fuego hasta que se caliente la verdura y se ligue la salsa. Salpimienta.
- Escurre la pasta con un puntito de dureza, vuélcala en la sartén, añade otro cacillo de agua si hace falta y termina de hacerla a fuego alto, removiendo bien con dos tenedores, hasta que esté todo bien mezclado y casi no quede agua.
- Sirve la pasta rociada con aceite de oliva crudo.