Un plato que, más que recomendarlo, os ruego que lo probéis
Y una curiosidad final para sorprender a los invitados
Y una curiosidad final para sorprender a los invitados
Panizas en Cádiz y de allí hasta América, panizze en Liguria -feudo de su hermana la fainá- o panelle en Sicilia, donde, metidas en un pan, son la comida callejera por excelencia: el tradicional pane e panelle, una sabia fuente de proteína completa que se ofrece desde siempre en freidurías y puestos ambulantes. Y seguramente habrá estas y más versiones en el Mediterráneo oriental, región de donde es original el garbanzo y que presume de otro glorioso frito de esta legumbre: el falafel.
En resumen, un plato pobre que merece "cubiertos de oro y mantel de holanda", que admite mil variaciones y que, una vez que empecéis, no podréis parar de comer.
En este caso lo hemos combinado con dos preparaciones de verduras, pero de eso hablaremos un poquito después.
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Primero, las panizas:
Ingredientes
1 parte en peso de harina de garbanzos + 3 partes en peso de agua
En este caso, para cuatro raciones:
- 150 g de harina de garbanzos
- 450 ml de agua a temperatura ambiente
- sal y perejil
Preparación
- Poner la harina en un cazo, añadir un puñadito de sal y echarle el agua poco a poco, removiendo con unas varillas para que no haga grumos.
- Cocer alrededor de 15 minutos, sin dejar de remover, hasta que la masa comience a separarse de las paredes del recipiente.
- Añadir perejil picado grueso (optativo) y volcar en un mármol humedecido con agua.
- Alisar y recortar en forma de rectángulo, dejar enfriar y dividir en ocho partes.
- Freírlas en aceite caliente hasta que estén firmes y suavemente doradas.
TiPs
· También se puede volcar la masa en un molde alto, compactarla bien y cortarla después en rodajas verticales.· Con los recortes podéis hacer Huevos de fraile, una deliciosa ensalada que nos enseñan en el Blog de Angie.
Hasta aquí las panizas, que se pueden tomar calientes o a temperatura ambiente, solas o en cualquier combinación, por ejemplo la que os cuento ahora.
Y ahora el plato:
- Preparar las cebollas agridulces: hacer un caramelo rubio con 4 cucharadas de azúcar, añadir 4 cucharadas de vinagre de manzana o de Jerez y un chorro de agua; echar 2 cebollas
cortadas en rodajas gruesas (y las rodajas más grandes partidas por el
diámetro), agregar más agua casi hasta cubrir las cebollas y cocer a
fuego fuerte hasta que se ablanden un poco.
- Freír las panizas y dejarlas en el horno a temperatura baja para que no se enfríen.
- Cortar 2 calabacines en rodajas, removerlos con harina de rebozar y freírlos en aceite caliente. Cuando empiecen a coger color, añadir varias hojas de menta y dejar unos segundos más, sin que los calabacines se ablanden demasiado.
Emplatado
- Poner una paniza, cubrir con cebolla y calabacines y hacer otra capa igual.
- Adornar con hojas de menta frita y líquido de cocción de las cebollas.
- Esparcir unos cristales de sal y servir enseguida.
Curiosidad: este plato está inspirado en una receta de Cesare Marretti que lleva salmón en vez de panizas. Lo divertido fue que, al probarlo, ¡sabía a pescado! Algunos aceites al freír dan este sabor, pero además las panizas (crujientes por fuera y tiernas por dentro) tienen la consistencia de un filete de pescado rebozado y frito. El sabor proteico (como el cambiante Proteo) del garbanzo hace el resto.
Cocina vegetariana