Una rebanada de buen pan y el juego está hecho
Las alcachofas y patatas
- Limpiar las alcachofas dejando solamente la parte tierna, incluido el tallo pelado.
Cortar en láminas de 3-4 milímetros y pasar 1 minuto por agua hirviendo con sal y un buen chorro de zumo de limón. - Retirar con un colador de fritos y sumergir inmediatamente en un bol con agua fría y cubitos de hielo. Cuando se templen, escurrirlas bien y dejarlas orear sobre papel absorbente.
- Añadir una cucharadita de margarina al agua de cocción y echar los cubos de patata. Retirarlos cuando estén en su punto.
- Mezclar las patatas con las alcachofas y aliñar con sal, pimienta, aceite de oliva y mejorana.
Los tomates rellenos
La crema de garbanzos:
- Lavar y escurrir 150 g de garbanzos envasados.
- Triturarlos con un pasapurés para quitarles las pieles (quedan más finos y digestibles).
- Mezclarlos con 1 cucharadita colmada de mostaza con los granitos, 1 cucharadita escasa de piel de naranja rallada, 1 cucharada de zumo de naranja, 1 cucharada de copos de levadura dietética, 1 chorrito de aceite de oliva y otro de jugo Maggi.
Aligerar con leche vegetal si es necesario y salpimentar al gusto. - Meter la crema en una manga pastelera con boquilla fina rizada.
- Poner los tomates boca abajo y hacerles dos cortes en cruz profundos, separar un poco los gajos con las manos y rellenarlos con abundante crema de garbanzo.
- Servir todo sobre hojas de lechuga, regar con más aceite y completar con aceitunas negras y unas hojas de perejil.
Si sobra crema de garbanzos...
Ponerla aparte para untar pan o galletas, ¡está buenísima!
oooooOooooo
Si se dosifica el aceite, esta ensalada es adecuada para dietas porque es muy saciante.