He leído que tomar fritos de vez en cuando es bueno porque estimula la secreción de bilis, y por supuesto he decidido creérmelo. Estas son las clásicas pencas de acelga rebozadas, pero las hemos acicalado con una salsita agridulce que es probarla y querer más.
- Elige unas pencas de acelga tiernas: lávalas, recórtalas, quítales los hilos si los tienen y cuécelas dos o tres minutos en agua hirviendo. Ponlas en agua fría, escúrrelas y sécalas.
- Prepara la masa para rebozar: mezcla media taza de harina de arroz, dos cucharadas de maicena, una cucharada de harina de trigo y una cucharadita de bicarbonato o levadura de repostería. Añade agua helada hasta hacer una masa que cubra sin formar una capa gruesa.
- Pasa las pencas por el batido y fríelas en aceite de girasol a temperatura moderada hasta que se doren suavemente.
- Retíralas y déjalas escurrir sobre papel absorbente.
- Si lo deseas, espolvoréalas con sal desde bien arriba, justo antes de servirlas.
- Para hacer la salsa, bate la pulpa de un kiwi con una cucharada de salsa de soja y una cucharadita de miel de caña (melaza).
- Sirve las frituras salpicadas con la salsa y acompañadas con una ensalada de hojas de acelga crudas y más salsa aparte.
La salsa es de Martino Scarpa