Hasta el día en que Pili me llamó para contarme que ella y Celia habían descubierto un "supermercado raro" ¡a pocos cientos de metros de mi casa!
- ¿Chino, paquistaní?
- No, es algo raro.
- ¿Cómo raro, qué venden?
- Ya te digo, cosas raras, que no conozco. Pero está muy bien, tienes que ir.
Y allá fuimos, con la ilusión en ristre, para descubrir que gran parte de lo que venden en Gombo Supermercados son productos africanos. Por eso el desconcierto de Pili, tampoco yo había visto nunca la mayoría de esas cosas.
Cuando oía decir "comida africana", yo pensaba en el cuscús magrebí, en alubias negras o en yucas cortadas con machete. En cambio... si supierais... ¡hay tantas cosas y son tan interesantes que me llevará años probarlas todas! Y hablo solo de las vegetarianas, las demás os dejo que las descubráis vosotros.
Antes de mostraros algunos de mis trofeos os cuento que el personal es de aquí y muy amable, por lo cual no tendréis problemas de comunicación como en otros supermercados étnicos. Con un valor añadido: Iván es un amante de la cocina y ha probado casi todo, así que en él tendréis un asesor sapiente y paciente.
Os comento rapidito algunos de mis descubrimientos:
Por supuesto, primero de todos, el gombo (okra, quingombó, gumbo).
Recuerdo cuando Nancy Lam decía en sus programas: compradlo, es caro pero merece la pena.
Pues bien, en Gombo el gombo no es caro, además alcanza con poquito.
Se prepara en infinitos platos, yo lo hice salteado con cebolla y arroz y nos gustó mucho. En cualquier caso, no le echéis demasiadas cosas porque tiene un sabor delicado y sería una pena tapárselo.Pues bien, en Gombo el gombo no es caro, además alcanza con poquito.
Las bayas de goji, con tantas propiedades que hay quienes las consideran milagrosas.
Pero el mayor milagro es que aquí cuestan la cuarta o quinta parte que en la mayoría de los herbolarios. Las podéis tomar tal cual, como pasas (que es lo que son), con cereales y en cantidad de preparaciones. Son ideales para llevar en el bolso y comerse un puñadito cuando empieza a picar el hambre. Y, ojito, dicen que ayudan a adelgazar.
En el envase aconsejan disolver una cucharada de pasta en yogur y cocinar trozos de carne en esta salsa. Yo mezclé una cucharada de pasta con media de mostaza suave y un buen chorro de aceite de girasol, y con eso salseé unas cebollas asadas. Riquísimo y suave, como para ir descubriéndole una aplicación cada día.
¡Fantástico el polvo de cebolla! No es la cebolla en polvo que conocemos, blanca y de gusto suave, sino otra oscura y muy sabrosa, como para levantar el sabor de cualquier plato.
Y en tema de levantar sabores, estos condimentos espesantes.
Teóricamente son para sopas pero yo los he utilizado en varias cosas, desde champiñones salteados hasta arroces. El hecho de que sean espesantes hace que hasta el arroz vaporizado parezca un risotto. El componente principal es la sal, por lo cual hay que usarlos con tiento y no añadir sal aparte.
También en la frutería, el eddo, un tubérculo de sabor y consistencia delicados que se prepara como las patatas.
Son vagamente animalescos, con su baba y sus pelos. Una vez pelados y cortados en cubitos, los rehogué en aceite con un puerro, después los cubrí apenas con agua y un poco del condimento rojo de más arriba, y al final les eché un tomate pequeño y unos trozos de mango en brunoise. Muy ricos.
No os he dicho que muchos de los productos los tienen a granel y los envasan ellos mismos. Hay lecitina de soja, levadura de cerveza en copos, harina de garbanzo, variedad de legumbres y de arroces, especias y mucho más que se me escapa pero que podéis ver (y pedir, porque envían a distancia) aquí. Todos los precios que he visto son más convenientes que en los demás comercios.
· Y también hay productos variados, no solo africanos sino también latinoamericanos y orientales, como unos rollitos de primavera minúsculos, congelados, que van muy bien como aperitivos.
· O las obleas para empanadillas argentinas, sin grasas animales, para hornear o freír.
· También algas nori a un tercio de lo que cuestan en los hiper.
· Y una variedad de refrescos de frutas tropicales que no se sabe por dónde empezar. Probamos el de tamarindo y es una delicia.
· Hablando de tamarindo, también lo tienen en vainas y en pasta (ya os pondré unas patatas con jugo de tamarindo que están buenísimas).
· También té verde en una variedad que nunca había visto, acompañados de hojas de menta envasadas para hacer el té de menta marroquí.
Y, dulcis in fundo (nunca mejor dicho), están ellos: los fantásticos, increíbles e irrepetibles caramelos de jengibre con que os invitará la simpática Aída en la caja. Pueden gustar o no, pero si gustan enganchan. Estáis avisados.